La búsqueda de la felicidad es un anhelo humano universal, pero es difícil encontrar un acuerdo en cuanto a qué hacer para conseguirla.
Para Aristóteles la felicidad humana se basa en la autorrealización dentro de un colectivo humano, adquirida mediante el ejercicio de la virtud. Para los epicúreos sólo se alcanza mediante el placer moderado, tanto físico como intelectual. Lao Tzu, ya en el siglo V a.C. afirmaba que la felicidad es vivir el presente, ya que si vives en el pasado te deprimes y si vives en el futuro vivirás ansioso. Más cerca en tiempo y cultura, Ortega y Gasset preconizaba que la felicidad es la coincidencia entre “nuestra vida proyectada”, que es aquello que queremos ser, con “nuestra vida efectiva”, que es lo que somos en realidad.
¿Y qué tiene esto que ver con nosotros, los oftalmólogos?
El Dr. Fernando Soler presentaba en el foro una publicación de Medscape(1) donde, en comparación con otros especialistas, los oftalmólogos manifestábamos ser los más felices en nuestro trabajo.
Muchos compañeros avalaron esta conclusión basándose en su experiencia vital: la satisfacción de devolver un sentido tan importante como la vista, el agradecimiento de los pacientes y el desafío intelectual que nos propone nuestra profesión son motivos de felicidad. Pero hay matices: no hay un camino de rosas en la oftalmología y cada día debemos sortear dificultades.
Adentrándonos en la encuesta de Medscape de 2018 sobre el estilo de vida de los oftalmólogos, nos encontramos que se declaran felices en el trabajo el 37%, no tan lejos del 21% de los cardiólogos, que resultan los menos felices en la encuesta. Lo que nos revela que el 63% no se siente feliz en el trabajo. También es interesante que el 58% de los oftalmólogos se considera más feliz fuera del trabajo (empatados con dermatólogos y médicos de urgencias) por detrás del 61% de los alergólogos.
En un artículo de John Di Consiglio (ASCRS Eye World 20)(2) nos cuenta una anécdota del Dr. Sinskey en la que decía:
“Hay muchos placeres en la vida. Sólo tienes que encontrar aquel que te haga feliz”
Di Consiglio apunta que son más felices los oftalmólogos que colaboran en tareas solidarias. El trabajo no remunerado para ayudar a los demás es el más satisfactorio, postura compartida por el Dr. Luis W. Lu en el foro.
¿Y por qué hay oftalmólogos que no son felices en su trabajo? Pues si miramos lo que los entrevistados consideran las principales causas de burnout o depresión de causa laboral, en el primer lugar aparecen las tareas burocráticas (58%), seguidas de la informatización de las historias clínicas (EMR), las regulaciones gubernamentales, un horario laboral muy extenso y la constante disminución de las retribuciones económicas. Aclaremos aquí que esta encuesta se ha hecho entre oftalmólogos estadounidenses, bastante mejor remunerados que los españoles y latinoamericanos.
En cuanto a diferencias por sexo, el 43% de las mujeres se perciben más estresadas en comparación con el 14% de los hombres, lo que podría explicarse por la superposición de las tareas domésticas que todavía recaen más en las mujeres que en los hombres.
En otros aspectos, la mayoría nos percibimos como extrovertidos, más de la mitad reconocemos tener entre 1 y 6 amigos cercanos, practicamos deporte 2 a 3 veces por semana, queremos bajar de peso y ¡oh! bebemos entre 1 y 7 copas de alcohol a la semana, frente al 16% que no bebe en absoluto.
La felicidad “va por barrios” y no es igual para todos ni en las distintas etapas de la vida. Es un balance en el que si hemos reído más de lo que hemos llorado podemos dar por bueno el resultado.
Lo más importante es dirigir nuestra trayectoria vital hacia lo que nos hace felices y que no nos pase como a Borges, quien en su poema “Remordimiento” escribió:
“He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz.”
REFERENCIAS
- https://www.medscape.com/slideshow/2018-lifestyle-ophthalmologist-6009233
- https://www.eyeworld.org/article-are-y
Autor
Carmelina Brito Muguerza
Especialista en Oftalmología.
Hospital Vithas Santa Cruz – Tenerife