Cuando Fernando me propuso participar en esta mesa, él dudaba si querría participar en ella. Y me sugirió tomara mi tiempo para pensármelo. Tardé 30 segundos en transmitirle mi decisión.
La cirugía refractiva ha impactado nuestra práctica clínica como ninguna otra lo había hecho en los últimos 100 años de historia. Y veo cirugía refractiva en la primera lente intraocular implantada por Ridley ya en los 40, en las bases de la cirugía refractiva corneal ya soñada por José Ignacio Barraquer en los mismos años y veo cirugía refractiva en la inmensa mayoría de los procedimientos quirúrgicos que, hoy, practicamos todos los oftalmólogos. Primero, ver, pero a ser posible con la mínima refracción y con la mejor calidad visual posible. Ese es, ni más ni menos, nuestro empeño.
Hay años de formación en la carrera profesional de todos nosotros, 6 años de medicina, 4 años de especialidad y 30 años de formación continuada. Desde mi papel como actual vicepresidente de SECOIR, como vocal de la Comisión Nacional de Especialidad, como Jefe de Servicio implicado en la formación MIR de más de 20 Oftalmólogos en los últimos años, desde mi papel como ponente en más de 15 reuniones y congresos anuales, desarrollo programas formativos e intento transmitir y adquirir conocimientos que mejoren la calidad de vida de mis pacientes.
Cuando, con bases científicas, se desarrollan nuevos proyectos científicos, hoy, más que nunca, existen medios, adecuadamente legislados, para ponerlos en práctica. En 30 años de profesión solo he aplicado técnicas quirúrgicas con la suficiente base científica y nivel de seguridad suficiente como para pensar que yo mismo me pudiera beneficiar de ellas.
Cuando practico una cirugía, años de investigación y formación apoyan mi gesto. No puedo pensar que cuando opero a un paciente, él no sea consciente de ello.
Cuando me han practicado una técnica quirúrgica, he sido muy consciente de los posibles beneficios que podía obtener y muy consciente también de los posibles riesgos y complicaciones que pudieran surgir. No puedo entender que una persona que decida operarse no tenga, hoy, la suficiente información, a través de cualquier medio e incluida la información veraz y el tiempo que le debe dedicar su cirujano preoperatoriamente, como para ser consciente de ello.
La cirugía refractiva ha venido para quedarse. Desde la primera lente intraocular de Ridley, y mucho antes, queremos que nuestros pacientes puedan ver mejor.
Y para ello, practicamos procedimientos contrastados que, cada día, benefician a miles de pacientes. Y cuando hemos practicado una cirugía como los más altos estándares de calidad y en el corto o largo plazo no logramos el resultado que tanto nuestros pacientes como nosotros mismos esperamos, estamos ahí para intentar ofrecer soluciones.
Desde nuestra triple perspectiva,
… como personas que creemos en que la ciencia puede mejorar nuestra calidad de vida
… como cirujanos empeñados en mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes
… y como pacientes que vemos lo que nos ha aportado la cirugía refractiva
Queremos reivindicar los beneficios funcionales que puede aportar la cirugía refractiva.
Y somos conscientes de que la cirugía refractiva ha mejorado nuestras vidas, como pacientes, y seguirá mejorando la calidad de vida de la inmensa mayoría de aquellas personas que confían en nosotros, como profesionales.
Con tales premisas, estamos preparados para levantar testimonio.
AUTOR
Javier Mendicute
Oftalmólogo
Jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Donostia
Director Médico de Innova Ocular Begitek
San Sebastián